Una vez que se reciben los archivos digitales, se configura la impresora digital según las especificaciones del trabajo, incluyendo el tipo de papel, la resolución de impresión y otros parámetros. Esto se puede hacer a través de un software de control de impresión que permite ajustar diferentes configuraciones según sea necesario.
Proceso de impresión: La impresora digital aplica la tinta o el tóner al sustrato de manera precisa y controlada según las instrucciones del archivo digital. En el caso de una impresora de inyección de tinta, pequeñas gotas de tinta se aplican al sustrato para formar el diseño deseado, mientras que en una impresora láser, se utiliza un proceso de fusión para transferir tóner al sustrato y luego fijarlo mediante calor.
Control de calidad: Durante el proceso de impresión, se realizan controles de calidad para verificar la precisión del color, la nitidez de la imagen y otros aspectos de la calidad de impresión. Los operadores de la impresora pueden realizar ajustes según sea necesario para mantener la calidad del producto impreso.
Flexibilidad y personalización: Una de las principales ventajas de la impresión digital es su capacidad para imprimir tiradas cortas y personalizadas de manera rentable. Esto significa que se pueden imprimir cantidades pequeñas de material impreso, incluso impresiones únicas, sin incurrir en costos adicionales asociados con la preparación de placas o cambios en la configuración de la máquina.